Crisis por Causalidad

Esta crisis que estamos viviendo en nuestros países recientemente, como todas otras que han acontecido en el transcurso de la historia, no es nada nuevo y, aunque la preocupación más importante que se expone en los escaparates periodísticos es de carácter económica,  solo se trata del reflejo de una crisis mental y de valores generalizada en el ser humano que es el verdadero origen de este deterioro. A mi no me extraña para nada esta situación que, con un poco de reflexión, se veía venir a juzgar por el cariz que iban tomando los diferentes valores en el hombre.

Los Grandes Imperios caen cuando se deterioran sus valores y se materializa

Parece que no aprendemos de la historia que transcurre mediante etapas cíclicas en las que hay fases de esplendor y fases de crisis o decadencia. Lo que ocurre es que si no aprendemos de estas caídas para suavizarlas un poco, se harán cada vez más pronunciadas y violentas retrasando bastante la evolución de la humanidad. Nos deslumbramos tanto con el mundo de los deseos y las posesiones egoístas que olvidamos esto creyendo que nunca va a suceder, que nunca se va a acabar la riqueza.

El caso afecta más en esta Era de las comunicaciones, ya que, al no haber fronteras y propagarse la información a todas las partes del mundo en segundos, es sumamente fácil extender los negocios a unas dimensiones increíbles. Las ganancias son, de hecho, descomunales y desproporcionadas que van a parar, generalmente, a muy pocas manos

Una Solución algo Ingrata. Repartir

Estamos viendo cada día, en noticiarios, y medios de comunicación las mismas noticias económicas llenas de propuestas, medidas y soluciones  de lo  más variopinto pero todavía no he oído a ningún político, ni economista proponiendo el reparto de la riqueza y que no haya tanta diferencia entre las economías más altas y las más bajas. Hay que poner un límite. Pero no, eso no se toca. ¿Qué disparate eso de repartir?…Es mejor estrujarse los sesos para ver como recortamos a la población un poco más para ahogarlos sin piedad.

Lo que está claro y es lógico pensarlo así es que la riqueza de la tierra es suficiente para toda la población mundial siempre que se reparta de manera sensata. El objetivo debería ser:

[important]Tener Suficiente para Vivir bien pero sin Derrochar ni Malgastar[/important]

Los técnicos en economía deberían preocuparse de buscar la manera correcta de hacer esto con el beneplácito de los gobiernos en lugar de ir a su propio beneficio. De la misma manera que los médicos y personal sanitario debería prevenir a la población educándola en la autogestión de su salud y actuar sólo en el caso de perderla accidentalmente, en lugar de luchar constantemente contra la enfermedad que lo único que consigue es aumentar el número de hospitales y clasificar el creciente numero de síntomas con el enorme gasto de tiempo y dinero que ello supone. El objetivo debe ser, más bien, cerrar más hospitales por disminución de asistencias… ¿No?

La Esclavitud Necesaria pero, eso si, Diplomática

Desde la antigüedad siempre se ha dado este tipo de dominación de unos seres humanos sobre otros por cualquier motivo. Cuando no se veía muy bien entre los blancos, nos

Ricos y Pobres

Muy diferente la forma de llevar las crisis entre ricos y pobres

buscamos la fuente en otros continentes utilizando, con los mismos fines a los negros ya que, al ser de otra raza, perecerían animales y así, tener las excusa para reprimir a alguien sin gran cargo de conciencia. Y esto lo hacía gente civilizada y, además grandes devotos religiosos. ¡Qué vergüenza!…

Aunque el 31 de marzo se conmemora el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena, suscrito en 1949. Posteriormente, en la práctica, sigue dándose culturalmente en determinados países: como la IndiaSudánMauritania y en otros bajo ciertas condiciones a menudo excepcionales como es el caso de las fuerzas productivas infantiles en el Sudeste asiático o determinado tipo de prostitución en todo el mundo.

Lo peor es que, sin darnos cuenta, en la “sociedad avanzada”  que vivimos ahora, somos esclavos del sistema pero diplomáticamente, es decir, de nuestros propios deseos que ya se ocupa de proporcionar el sistema constantemente para evitar la reflexión individual e imparcial desde un punto neutral, manteniéndonos dormidos con la anestesia llamada “consumo”.

El Baremo de Calificación de la Crisis Bajo el Análisis del Yoga

De acuerdo a los Yamas y Niyamas, vamos analizar, desde un punto de vista externo e interno el origen de la crisis en nosotros mismos y el nivel de gravedad y estado de la misma.

Yamas.- Referentes a la relación con el entorno. Veamos:

  1. Aimsha.- No dañar. Está suspenso por incumplimiento. Va en aumento
  2. Satya.- Sinceridad o veracidad. Suspenso por la corrupción, relación basada en la mentira. Nunca sabemos exactamente quién dice la verdad. Poca o nula fidelidad a la palabra, la prueba es la ingente cantidad de abogados para interpretar y darle a la vuelta a cualquier palabra.
  3. Asteya.- No robar, ni apropiarse de ideas. Está claro que no se cumple. Desde los mismos políticos hasta el número creciente de amigos de lo ajeno.
  4. Brahamcharya.- Control de la energía. Suspenso absolutamente. Tanto en los abusos sexuales de toda clase como en el despilfarro de energías incluyendo las de la mismas personas.
  5. Aparigraha.- No acumular. El mundo de consumo exacerbado que vivimos imposibilita su cumplimiento.

Niyamas.- En referencia a las actitudes internas.

  1. Saucha.-  Higiene externa e interna. Se observa la limpieza externa pero no acaba de conseguirse la pureza interna de pensamiento.
  2. Santosha.- Contento y satisfacción. Es difícil cada vez más difícil ver gente contenta y satisfecha. Mientras más se tiene peor  humor gastamos
  3. Tapas.- Austeridad algo que habría que haber hecho para no caer en esta crisis absurda.
  4. Swadyaya.- Autoestudio e investigación. Brilla por su ausencia porque muy poca gente se cultiva con la lectura introspectiva para intentar entender las respuestas a nuestras preguntas más íntimas.
  5. Ishwara Pranidana.-  Rendición a la voluntad divina. Esto casi está obsoleto  y ni se toca, ni se comenta de manera que se está convirtiendo en tema tabú e incluso molesto si cabe.

Con estos baremos podemos observar que suspendemos el análisis a todas luces lo cual es bastante triste pero explica claramente las causas de nuestra crisis actual. Siempre coincide con la pérdida de valores que desemboca en el egoísmo y, de ahí al ansia va una línea muy fina a traspasar.

El consumo es un fuego inagotable que arrasa todo lo que toca

[important]Tenemos que pensar que estamos utilizando la tierra de manera temporal y no es nuestra, es de toda la humanidad y todos los seres que la pueblan por igual. Nadie es dueño de nada así que la posesión de sus bienes es una invención del hombre egoísta que quiere imponer reglas donde no las había. Es más, las únicas reglas existentes son las que no cumplimos a saber, el cuidado y la gestión adecuada de sus recursos y su equilibrio. Nosotros estamos destruyendo sus riquezas con fines totalmente egoístas.[/important]

Siempre está la esperanza de tantos seres maravillosos que luchan, dan ideas de otra realidad más armoniosa con sus obras y su alegría esperando el relevo de esta panda de idiotas engreídos y ansiosos  ignorantes que no hacen más que entorpecer el proceso evolutivo hacia la felicidad del conjunto de la humanidad.

Comparte y comenta este post para enriquecerlo con tu reflexión.

Namasté

1 comentario en “Crisis por Causalidad

  1. Hola Miguel Angel
    A tu crónica de esta semana te mando este maravilloso escrito que bien podría ser mio, por que siento así, pero que no se expresarlo por que yo no soy escritora como ella. Siento no estar de acuerdo en que no saben repartir, y eso ha sido siempre, ellos reparten siempre para ellos mismos como casta única. Sino fíjate en el periodo de 30 años quien se ha enriquecido y es mas en el periodo de 8 años de la legislatura anterior, quien se ha enriquecido. Fíjate en los países que tu nombras, ninguno reparte entre la población que es quien los sustenta, reparten entre ellos. Se supone que la población esta sometida, pero aquí la población como tu bien dices lo esta de una forma distinta de esos países por nuestra propia estupidez al seguir liderazgos equivocados. Yo he oído decir a personas: ahora nos toca a nosotros, vosotros ya habéis robado bastante en 40 años. Se han olvidado de la ley de amnistía y de la ley política que votamos en 1975 dándonos un nuevo periodo de perdón y hemos mezclado churras con merinas y ahora hay un totum rebulutun cosa que han aprovechado algunos políticos (no todos los políticos son iguales, los hay revanchitas y ruines) y de pronto las nuevas generaciones sin haber vivido todo aquello les han influido de lo malo que fue todo y de que solo ellos son los buenos y los que trajeron la democracia. Están manipulando la historia y hay una generación por lo menos que desconoce como fue y eso les interesa. Un abrazo
    Maria Jesus

    LO QUE QUIERO AHORA DE Mª ANGELES CASO
    Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sana que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
    Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
    Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
    Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
    También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.

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