¿Qué hay de nuestra misión vital?

Esta es una pregunta que nos la solemos hacer casi siempre tarde, si es que nos la hemos planteado alguna vez, y suele ser porque tal vez estemos atravesando un momento de crisis.

Lo cierto es que, si miramos alrededor, observamos que la mayoría de la gente, pasa por la vida realizando tareas para las que no tiene ninguna motivación, que no le gustan ó para las que no tiene habilidad, todo lo cual hace la vida difícil y pesada además de que nos dificulta encontrar el sentido a nuestra vida, llegando a confundir la felicidad a la que aspiramos por alcanzar anualmente las vacaciones, permisos, o, quizá jubilarnos pronto para no trabajar.

Este comportamiento solo nos da inicios de que algo pasa que  nos impide ver nuestra misión en la vida para realizarnos plenamente.

Vocación es la inclinación natural de una persona por un arte, una profesión ó un determinado género de vida (diccionario de la Real Academia de la Lengua)

La vocación, por tanto, nos da indicaciones muy valiosas acerca de nuestra misión en la vida, ya que las actividades que nos atraen más coinciden con nuestra especial motivación y también habilidad para realizarlas. De hecho cuando la vocación coincide con la actividad que realizamos nos realizamos plenamente de tal manera que se acaba pareciendo más a un hobby que un trabajo por obligación

Cuando uno encuentra su vocación en una actividad determinada automáticamente desaparecen algunos lastres que nos impiden vivir  plenamente  en el trabajo como:

  • Apatía por el trabajo que pasa a ser Ilusión
  • Pereza y malestar que pasa a ser Diligencia
  • Desconcentración y angustia que pasa a ser concentración y alegría
  • Envidia y odio que pasa a ser amor
  • Frustración y decaimiento físico y pérdida de valores que debe pasar a optimismo y energía desbordante.
  • Resentimiento, miedo al fracaso, etc., que se transmutarán en aceptación del resultado independientemente de cualsea y concentración en el esfuerzo en dar lo mejor de nosotros mismos.
  • Pérdida de tiempo que pasa a ser aprovechamiento del tiempo en pos del mejoramiento de nuestras propias facultades y habilidades
  • Fama, honores y medallas que solo alimentan el Ego

Como hemos dicho antes la Vocación es un estado natural que ayuda a encontrar y poder cumplir nuestra propia misión en la vida y, por lo tanto en la Gran Obra Universal, como piezas importantes que somos del entramado cósmico. Pero ocurre que, en la sociedad competitiva y globalizada en que vivimos, no se promueve adecuadamente el descubrimiento de nuestra misión dado el carácter limitador de nuestra cultura impuesto por el afán de las sociedades de homogeneizar a los que considera de su misma especie, mediante una educación de masas que no favorece para nada dicho desarrollo individual. Y, la familia, como núcleo de sociedad, termina el trabajo en la mayoría de los casos, mediante la transmisión de  continuas limitaciones hacia los niños con sus miedos correspondientes que arrastrarán a estos “espíritus libres originales” hacia la alienación y por lo tanto, a la frustración y confusión posterior en sus propias vidas, creando, además, una línea de actuación que, posiblemente, influya a las siguientes generaciones.

Por lo común se les dice a niños y jóvenes que si no estudian tendrán que pedir limosna, vagar hambrientos por las calles, ejercer trabajos muy humildes como limpiar calzado, cargar fardos, vender periódicos, trabajar en el arado, etc., etc., etc. Como si el trabajo fuese un delito.

En el fondo, tras de todas estas palabras de padres y maestros, existe el miedo por el hijo y la búsqueda de seguridad para el hijo. Los mayores le dicen a los alumnos y alumnas: «Tienes que ser algo en la vida, un hombre ó mujer de provecho, hacerte rico, casarte con gente millonaria, ser poderoso, etc., etc.».

Es muy importante que dejemos que los pequeños se expresen sin miedo en sus inclinaciones particulares y sus cualidades inigualables con el fin de que sean detectadas por padres y Maestros para ayudarles a potenciar estas cualidades que definirán su propia vocación de manera libre y, a través de esta, y, mediante su posterior reflexión y meditación, encontrarán su misión que no es más que la dirección correcta de su propia evolución personal.

Aquel que hace lo que desea se siente realizado, da lo mejor que tiene en cada momento, se siente feliz, hace feliz a los demás y mantiene su salud más tiempo, debido a que desaparecen muchos elementos de tensión como: la envidia, el miedo ó la angustia, la pereza y el odio que son los verdaderos Virus de la mente y el espíritu.

Es muy importante que nosotros mismos nos esforcemos por encontrar la Misión de nuestra vida como llave para poder encontrar la Felicidad y la ilusión. Debemos reflexionar profundamente dentro de nosotros mismos para encontrar ese impulso, preguntarnos y observar cuales son nuestras habilidades que.

Quizá, las tenemos olvidadas, pero existen con seguridad. NO importa que, por las circunstancias de la vida, no hayamos tenido la oportunidad de encontrarlas y potenciarlas y estemos realizando un trabajo del montón pero que no podemos dejar inmediatamente por los días que corren, pero si podemos, al principio, desarrollar tareas a modo de hobbies en primera instancia para, en el momento oportuno, que seguro que surge, cambiar nuestras vidas y sentirnos, de verdad, completos con la sensación de hacer lo correcto y, de esta manera, estar a gusto en cualquier momento, tanto durante la actividad laboral en la que vamos a dar a la sociedad lo mejor, como en la vida familiar, a la que atenderemos orgullosos y relajados.

Quien conoce su vocación o quien la llega a descubrir por sí mismo, pasa por un cambio tremendo. Ya no busca el éxito, poco le interesa el dinero, la fama, la gratitud. Su placer está entonces en la dicha que le proporciona el haber respondido a un llamado íntimo, profundo, ignoto, de su propia Esencia Interior. Y, por cierto, todas las actividades son necesarias para la sociedad, lo que las hace honorables son las personas que trabajan en ellas con tesón y amor.

Ejercicio de Meditación:

  1. Siéntese cómodamente en una silla, cuerpo derecho pero sin tensión
  2. Respire lentamente observando el movimiento de la respiración en el ombligo, muy lentamente, siga el ritmo y el movimiento respiratorio con la mente unos momentos.
  3. Deje que la mente le lleve hacia alguna actividad donde usted se siente muy bien. Quizá, al principio la recuerde vagamente, pero después se sentirá pleno realizando algo para lo que tiene cierta habilidad y donde se siente cómodo.
  4. Después de visualizarla unos minutos, deje de pensar en ello y quede unos instantes pasivo, sin analizar ninguna cosa más que le llegue a la mente.
  5. Vaya haciendo una lista de cosas que usted hace muy bien en relación otras, en las  que tiene cierta habilidad, en lo que le llama la atención.

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El sentido de la Vida

La pregunta que solemos plantearnos a veces es: ¿Cual es el sentido de nuestra existencia?.

Aparte de «sobrevivir» que es lo

que solemos hacer habitualmente de la mejor manera posible a nuestro entender. Muchas veces, cuando las circunstancias no nos acompañan como esperábamos ó cuando nuestras expectativas se derrumban, solemos pensar que:

Dios nos ha castigado o la suerte nos ha abandonado

He dicho antes sobrevivir porque la mayor parte de nuestro tiempo nos dejamos dejar llevar por los acontecimientos que nos rodean sin preguntarnos y sin darnos cuenta de cual es nuestra misión, la pieza que aportamos al Ciclópeo Puzle de la Gran obra del Universo o mejor, de la Creación.

Y esta misión no es ninguna bagatela.

Nos contestaría a la pregunta anteriormente formulada, pero para abordar este tema no tenemos más remedio que preguntarnos primero ¿Quienes somos?.Para responder a esta pregunta podríamos decir que somos

Seres Espirituales que realizan sus experiencias en la materia a través de un cuerpo físico.

De acuerdo con este razonamiento podemos concluir entonces que el Hombre es un ser de naturaleza espiritual, es decir, infinita y de existencia eterna que reconoce y experimenta de conocimiento operando en la tierra con los instrumentos necesarios que lleva de serie, afines al mundo donde experimenta, más los que el mismo crea para conocer ese entorno. Es, por consiguiente, un viaje de retorno hacia su propio Ser con el fin de reconocerlo y sentirse, por tanto Uno con ese espíritu, unidad que es el Creador.

En los siguientes posts iremos desglosando este esbozo en relación a nuestra propia estructura para despejar de una forma clara este horizonte que se presenta como incógnita.