La Muerte, el Reverso de la Vida

El pasado día 1 de enero me llamó mi hermana a las 12:45 de la noche para comunicarme el fallecimiento de mi tía Catalina. Al día siguiente se celebró la misa a las 16:00 horas así que salí para allá por la mañana y llegué justo. Allí pude ver a mi tío Manuel demacrado con unas ojeras rojas que reflejaban largos días sin dormir atendiéndola y muy delgado. A mi tía no la llegué a ver pero creo que es mejor así, prefiero quedarme con su semblante de simpatía que siempre irradiaba, soñadora, con ansias de conocer mundo que nunca pudo llevar a cabo pero que le iba como anillo al dedo y donde, seguramente, se hubiera desenvuelto perfectamente con sus maneras en ese tipo de sociedad.

Murió a los 86 años. Para ella, supongo que fue una liberación, ya que llevaba tiempo enferma de anemia, no comía casi, y el último mes y medio lo pasó en la cama todo el tiempo con la conciencia ya en otro plano.

Mi primo Diego, como sacerdote, impartió la misa en la que animaba a la gente cristiana a no perder la fe en una charla excelente, ya que, la muerte, es un estado natural y, para ella mejor, ya que, al fin, se reencontraría con Dios y sería eternamente feliz. Deberíamos recordarla en sus acciones en nuestros corazones siempre viva, de esta manera, nunca la perderemos, manteniendo su espíritu cercano. Siempre habla impecablemente.

Después hubo que esperar la interminable cola de “pésames” de medio pueblo, siempre lo dan varias veces, y acabamos en el cementerio viendo como mi tía era introducida en un nicho. Ultimo adiós.

Siempre percibimos la muerte como un duro golpe

Como consecuencia de este suceso en mi vida he dado pie a este post ya que se trata de un tema

del que no gusta hablar y en el que no solemos detenernos a pensar en ella como si nofuera con nosotros ó, por si acaso, no nos tocará a nosotros atravesar. Pero cuando ocurre en personas cercanas, nos lamentamos como si fuese una pérdida para siempre y, por supuesto, en los cercanos “todos los que mueren eran muy buenos”. A veces, en los última etapa de nuestra vida, solemos pensar que se acerca el fin de la existencia, preguntándonos posiblemente. “Tanto luchar en la vida, esas dificultades…¿para qué?.

Sabemos, sin embargo que, en otas culturas, se festeja el momento de la muerte y se suele vestir de blanco, como pureza y alegría hacia el nuevo rumbo del difunto. Por eso me gustaría aclarar algunos puntos que pueden darnos luz sobre ese gran desconocido con el fin de tratarlo más bien como aliado que como enemigo ó desgracia en el que podamos perder el sentido de nuestra existencia.

¿Qué pasa cuando Morimos?

“La Muerte reduce el organismo humano a sus elementos fundamentales” y cada uno de ellos vuelve a su origen. Dice una de la leyes de la física: “La materia no se crea ni se destruye si no que se transforma”

La llamada Materia no es más que Energía condensada, por eso dijo Albert Einstein: «Energía es igual a masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado». También

La Carta nº 13 del Tarot no significa exactamente muerte sino renacer

afirmó en forma enfática: «La masa se transforma en energía, la energía se transforma en masa». Así que, en última síntesis, la llamada Materia no es más que Energía condensada.

Para la filosofía yoga Vedanta, se consideran al cuerpo vital y al cuerpo físico como un todo, como una unidad, con diferentes grados de concentración.

¿Qué Dejamos?

Obviamente, al cementerio van tres cosas:

1. El cuerpo de carne y hueso, que se pudre en la caja.

2. El Cuerpo Vital, o «Cuerpo «Bio-plástico» (como le llaman los rusos), de características energéticas y magnéticas, que flota cerca del cadáver y se va descomponiendo poco a poco, conforme el cuerpo físico

también se va descomponiendo. El Cuerpo Vital no cambia. En él están contenidos todos los átomos de la niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez.

3. La Personalidad humana. La Personalidad no es el Cuerpo Físico, la Personalidad es energética; no se puede ver con los ojos físicos, pero existe. Esta se mantiene más tiempo que el cuerpo vital y forma lo que se llama Ex – personalidad. Esta parte está formada por la propia energía natal que da el carácter, la influencia de la familia, la cultura y la educación y, por supuesto, nuestras propias experiencias.

¿Qué nos Llevamos?

Y lo que resta después de perder estas capas y continúa, son

  1. “Los Valores”, El Yo, tanto el positivo como el negativo, el bueno y el malo, que forman el Ego. La individualidad que conservaremos. Pero este Ego está compuesto de muchas personalidades diferentes, a veces, contrarias, que se absorben ó repelen. Al fin y al cabo son un montón de defectos, nuestros propios demonios. Es, en realidad el que se opone a toda costa a perder su identidad y su posición.
  2. La Esencia, El Cuerpo Causal, la Conciencia ó el Ser como sea que le llamemos, esa chispa divina y semilla común a todos y que mantiene su pureza a pesar de todo y solo se va llenando de vivencias y Valores que aportan felicidad que es de lo único que entiende. Los Yoghis le llaman “Capa de Felicidad ó Anandamaya kosha” (ver más sobre los cuerpos en nuestra Web de Yoga). Es lo único que se mantiene intacto.

La Muerte la percibimos a veces como un Angel Oscuro

Con estas herramientas estaremos durante un tiempo en ciertas áreas ó planos superiores disfrutando del trozo de felicidad que hemos acumulado durante nuestra vida terrenal, el karma acumulado positivo, descubriendo otros mundos, reencuentro con nuestros seres queridos a los que reconocemos, etc. Es el momento de la recompensa.

Quienes viven en esa región son felices en el sentido más trascendental de la palabra, pero todo premio a la larga se agota, cualquier recompensa tiene un límite y llega el instante, claro está, en que la Esencia que ha entrado en el Mundo Causal debe retornar, regresar y descender inevitablemente para meterse nuevamente dentro del Ego, dentro del Yo de la psicología experimental

El deseo de vivir es muy grande; todos los seres humanos quieren vivir, están apegados a la vida sensual. Es obvio que la adhesión, el apego, el deseo de existencia material nos tienen fascinados; en estas condiciones, de ninguna manera queremos morir, tenemos miedo a la muerte, no queremos dejar de existir.

Elimina el Miedo a la Muerte.. No es algo Desconocido

Si la gente, a base de comprensión, perdieran el deseo de vida material, entonces el temor a la muerte desaparecería. Uno llega a perder tal temor cuando comprende lo ilusorio de la existencia, cuando ve que nada en este mundo es permanente. Pasan las ideas, las cosas y las personas.

Este miedo a la muerte disminuye en la misma proporción que el apego a la existencia material y la toma de conciencia. No se trata de una cuestión de Fe exclusivamente, sino de experiencia y lógica mediante la observación de la naturaleza con la cual estamos conviviendo.

Veamos:

Para empezar partimos de la premisa de la Ley de la polaridad, ya expuesta en otro post anterior. Igual que salud-enfermedad; noche-día; sueño-vigilia; inhalación y exhalación en la respiración; etc.

Vida y Muerte son dos caras de la misma moneda, es decir, la existencia con sus dos planos correspondientes. Así que, a modo de corriente alterna, pasamos de un estado a otro periódicamente, lo que ocurre es que, si bien, cuando dormimos cada día, pasamos de uno a otro plano dentro de la misma existencia, como se dice en la filosofía Yoga, el hilo de plata simbólico no se separa del cuerpo y estamos dentro de la misma existencia, en el caso de la muerte si lo hace para cambiar a otro nivel de experiencia con otro paquete de experiencias diferentes y necesarias para la evolución multidimensional del Ser.

La Muerte, un Estado de Transición

Para entendernos, podríamos decir, a modo de ejemplo, que el sueño sería el paso de un curso a otro en el curso escolar, en el mismo centro, con los mismos compañeros de estudio y, quizá el mismo cuadro de profesores, mientras que la muerte sería el paso a estudios universitarios ó profesionales con otras experiencias, otros compañeros nuevos y otros profesores diferentes y, por supuesto, otro nivel de exigencia, necesario para formarnos mejor en nuestra misión ó profesión.

Los Egipcios ya entonces, preparaban el viaje del difunto cuidadosamente.

Hay gente que nos dice que lo que más teme de la muerte es si es dolorosa y lenta. Bien, eso es harina de otro costal, ya que nos puede ocurrir en la vida misma, en el caso de alguna enfermedad complicada y dolorosa, un accidente ó algún otro trastorno, pero, en ese caso, no sentimos ó no vivimos esa amenaza de pérdida ó soledad como pasa con la idea de la muerte.

Por todo lo expuesto, yo os animo a indagar y experimentar la muerte como parte de la existencia, como cambio de curso ó nivel de estudios, como cambio de estado a una experiencia personal apasionante cuando llegue el momento, pero, tenerla presente como algo inseparable de la vida misma. Para ello tenemos que vivir la vida de otra forma, más intensamente y con un proyecto de continuidad, como unos estudios superiores a desarrollar a continuación del curso actual de esta vida. Pero esto será tema de otro de nuestros post.

Sobre todo…¡Sed Felices Siempre!.

Los Reyes Magos, una Experiencia Personal

Recuerdo, cuando era niño, que tenía una gran ilusión por este día de las fiestas de navidad, quizá el más esperado por cuanto suponía la recompensa de tanta paciencia para conseguir, por fin, los ansiados regalos que unas manos mágicas colocarían, mientras dormíamos, en el balcón de casa. Para ello habíamos escrito la carta personal con el juramento de que nos habíamos portado medio bien, unos días antes, enviándola por correo “A sus majestades de Oriente…..” y el mismo día, por la tarde, nos preocupamos afanosamente de colocar, cuidadosamente, los zapatos, bien limpios en aquél lugar. Luego íbamos a ver a esos tres Reyes Magos, cuando pasaban por el pueblo, en sus caballos, con sus pajes y su caravana, lanzando caramelos y saludando por doquier. Esa noche había que acostarse temprano para que no nos sorprendieran los Reyes, despiertos , ya que  de ser así, no dejarían los regalos. Pero no sin dejar alguna copa de anís y unos dulces navideños en la mesa del comedor.

Así era todos los años. Nosotros hasta los 9 ó 10 años no nos planteábamos si era una

Este simbolo para los cristians fué adoptado de otras culturas

casualidad que llegaran a repartir al mismo tiempo a todos los niños del mundo, ó si al rey negro se el veía como pintado, ni siquiera que se parecía al herrero del pueblo, ni que la carta iba sin dirección. Nosotros, en la inocencia de la niñez, lo veíamos todo posible y los pequeños detalles, se pasaban por alto al no ser relevantes.

Para colmo, ya alrededor de los 10 ú 11 años, cuando podría desvelarse el misterio, ocurrió algo tan milagroso como inesperado. Cuando estábamos a punto de acostarnos, llamaron a la puerta, abrió mi padre y vi como aparecían por la puerta los tres Reyes que había visto en la cabalgata por la tarde, con sus túnicas, sus coronas, sus grandes barbas… a quién le importaba que éstas parecían postizas, ó que el rey negro, en el cuello, parecía asomar un corte de piel blanca.

Allí estaban ellos y, habían venido en persona a casa, y, además, traían en sus bolsas rojas y verdes, los regalos que habíamos pedido en la carta. Para mí fue la mejor experiencia de mi vida, increíble.

Estuvieron unos momentos hablando con mi padre, preguntándonos si nos habíamos portado bien, etc. Luego, se tomaron algún dulce y la copa y se marcharon, alegremente, diciendo que tenían mucha noche por delante para repartir a todos los niños que no eran pocos. Esa noche no la olvidaría jamás en mi vida.

Lo que ocurrió fue que mi padre, administrativo del ayuntamiento del pueblo, tenía cierto don de gentes y, ese año, que hacían el papel de reyes unos amigos más cercanos, quedó con ellos en casa para este fin.

Con este aliciente, la ilusión del cuento de los reyes magos, me duró hasta la pubertad, casi los 14 años y porque ya era demasiado patente. Vamos que era como “Yo contra el mundo”. Lo reconocí pero no sin cierta nostalgia.

Ventajas y Beneficios de esta Experiencia Infantil

El hecho de compartir esta experiencia es porque creo que todas estas ilusiones fantásticas y simbólicas que se remontan a la noche de los tiempos, no deben acortarse en la niñez, ni perderse:

  • Mantienen la inocencia de la niñez
  • Estimulan la imaginación
  • Nos hacen revivir las historias simbólicas de la humanidad
  • Fortalecen la paciencia, saber esperar, trabajar para conseguir, etc.
  • Nos recuerda las buenas obras para conseguir el objetivo, en este caso, el regalo.

Además al repetirlo cada año, se vuelven hábitos que repetimos de generación en generación, como una ceremonia que también estimula la imaginación de los padres de sorprender a nuestros hijos.

Actualmente el objetivo de la comercialización y el consumo están alterando  sensiblemente este evento hasta el punto de que, en algunas familias, los hijos acompañan a los padres al centro comercial con objeto de elegir los regalos de reyes con las

Hoy en día se representa con un caríz más comercial

consiguientes disputas por los mismos, lo cual no hace más que mermar la ilusión y borrar poco a poco, el significado y el sentido de esta fecha gravemente e hiriendo inconscientemente el correcto equilibrio mental del niño en su desarrollo progresivo hacia la madurez.

Significado Simbólico

Igual que la Navidad es otra de las fiestas asimiladas por el cristianismo de las fiestas paganas existentes, en este caso el 6 de enero que era la Epifanía (manifestación, fenómeno milagroso).

El simbolismo es muy expresivo y, aparte de la historia Bíblica, viene a decir que estas tres Magos Astrólogos que representan las tres divinidades:

  • Melchor (continente Europeo) ó Brahma,
  • Gaspar (del continente asiático) ó Vishnu y
  • Baltasar (del continente Africano) ó Shiva,

Llevan al recién nacido los regalos para su manifestación vital en equilibrio, que son, respectivamente:

  • Oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), nacimiento, Satwas. También representa al Sol como astro reinante, energía creativa.
  • Incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios), manifestación y expresión en la vida, Rajas, representa el aire de naturaleza activa y movimiento, y..
  • Mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús), decaimiento y muerte, Tamas, que así, representa el cambio continuo para evolucionar.

Este significado interno que nos recuerda en todo momento y, sobre todo, cada año, primero con la fiesta de la navidad de significado parecido y, la nuestra de los Reyes Magos, el recuerdo de nuestras tres cualidades siempre presentes en todas nuestra acciones y en toda la naturaleza, que deben encontrar el equilibrio para llevar una existencia plena y la consecución de los objetivos que nos propongamos de acuerdo a nuestra misión ó vocación en la vida.