Alguna vez alguien dijo: “la simplicidad es la garantía de la autenticidad”. Pero cunado doy un vistazo al mundo en que vivimos actualmente, me parece enormemente complejo, todo se asemeja a un galimatías, a un laberinto con difícil salida, demasiado enrevesado.
Esto me conduce a pensar que nos estamos alejando de la sencillez en la misma proporción que nos separamos de nuestro origen, es decir, de la Unidad como es natural y nos identificamos con el mundo material y los valores que ofrece.
«El hombre es el único ser de la creación tan complicado que para descomplicarse, se complica aún más.»
Es como oímos, a veces, en las
noticias. Un matrimonio que discute
continuamente con la mujer y, en uno de estos altercados, golpea a la mujer y la mata y, al intentar deshacerse del cuerpo, le ve alguien y le mata también y, por fin, se ve perdido cuando la policía le intenta detener y se suicida. Al final ha destrozado toda su vida y a sus hijos sin padres.
También vemos como para evitar el aumento desorbitad de velocidad en ciertas calles, se colocan
badenes de altura considerable, consecuentemente aparecen las reclamaciones, daños, que hacen recapacitar y volver a destruir y reconstruir de nuevo a una altura moderada. ¿NO era mejor haber estudiado antes ventajas e inconvenientes evitando un gasto excesivo de tiempo y dinero?….Complicación.
Lo que quiero decir es que si bien es cierto que la población actualmente, ha crecido considerablemente, con lo que esto supone a nivel organizativo en el tejido social: nuevas áreas y estructuras sociales, educación, distribución y suministros, justicia, organización de las ciudades, economía, etc., que requieren un montón de recursos como ya conocemos, tenemos que tener en cuenta también que, con la era de la tecnología y la industria, prácticamente desde finales del siglo pasado, hemos cambiado la manera de hacer las cosas y no creo que sea la mejor desde el punto de vista de la evolución humana ya que esta estructura actual se haya orientada al consumo exacerbado, tanto de los recursos naturales como energéticos individuales. Solo tenemos que echar un vistazo a ciertos indicadores de la sociedad contemporánea para percatarnos de ello, a saber:
Para empezar, observemos el día a día.- Raramente tenemos el trabajo cerca de casa como sería de esperar en una sociedad del “confort”. De esta manera nos complicamos con un incremento de gasto en desplazamiento y una pérdida de tiempo consiguiente. En lugar de distribuir la producción y dejarlas en las zonas, la hemos centralizado en las grandes urbes, promocionando incluso una mejor calidad de vida y la gente ha ido abandonando los pueblos, incrementando el caos en las grandes ciudades que, al final, nos devuelve incomodidad y estrés.
La Justicia.- Se vuelve cada vez más enrevesada y complicada, con lenguajes absurdos
que sólo entienden los abogados. Se crean decretos y leyes continuamente porque se violan las anteriores en base a las brechas que presentan las palabras vacías fácilmente manipulables. Esto trae como consecuencia que no confiemos mucho en ella ya que nunca podemos estar seguros que, llevando razón según la ley, podamos salir victoriosos de la lid, siempre depende del abogado avispado ó el juez en su última decisión que puede dar la vuelta al juicio. A veces pasa que ganas el juicio, los otros recorren en la siguiente estancia y allí otro juez dictamina lo contrario. Todo exige una interpretación final que no siempre coincide con la verdadera justicia. Sin contar los atascos y papeleos que llenan los juzgados.
La Educación.- Los programas educativos están llenos de contenidos inútiles para la vida y el desarrollo real y fundamental del niño, son poco prácticos, menos motivadores y, lo que es peor, no están orientados a la persona, sino a los programas preparados para una media del conjunto, en crear “Un hombre ó mujer de provecho” (¿para quién?), como si no fuera igual de valioso cualquier niño que ya lo es solo por ser humano, amputando, de raíz, vocaciones y cualidades únicas, la imaginación y la creatividad. Si a este coctel le añadimos la ignorancia manifiesta de la parte espiritual del individuo que queda encerrada en lo más hondo de sí, tenemos el plato ideal para que nadie esté a gusto consigo mismo, se estanque y vivar con miedo y escasa ilusión que solo favorecen la competitividad, la envidia y la depresión que incuban una sociedad enferma. Aunque, a pesar de esto sobrevivimos, debería la educación potenciar esos valores individuales con el fin de que cada niño formara una salud de hierro, sus cualidades individuales y el amor, que daría como consecuencia, personas preparadas para servir a la sociedad y su propia evolución y realización personal.
De la Política ni hablamos….Falsa democracia formada por grupos en los que elegimos un “paquete desconocido” encabezado por un líder más conocido al frente y donde entran con él el bueno, el feo y el malo como la vida misma con un montón de cargos sin un objetivo ó razón de ser claros, que están ahí y ya está, eso si, cobrando del pueblo, que se pierden en falsas promesas con muchas palabras vacías, ¿cómo no?, que lo único que persiguen es asegurar su mandato y futuro por todos los medios de marketing posibles. Con estas premisas no podemos esperar nada bueno a la zaga de todos estos charlatanes, por cierto muy gastosos. Ni que decir tiene que la mejor arma de esta prole es la complejidad y el engaño mediante estructuras, muchas veces duplicadas y multidireccionales que hacen difícil el control a corto plazo de sus jugadas.
Echamos en falta la honradez y sencillez como moneda de cambio política que diera más trasparencia a su mandato y transmitiera más confianza a la gente.
«El que goza de los dones sin ofrecer nada por ellos, es un verdadero ladrón».
(Bhagavad Gita cap.III, 12)
¿Y la Salud y la medicina actual?…Pues sigue los mismos criterios, parece ser, de esta confusión general. Paradójicamente mientras más medios, hospitales, centros sanitarios, hay, más enfermos existen, sobre todo crónicos, lo que es más preocupante aún. ¿Acaso nadie se ha interesado por plantearse qué demonios hacemos combatiendo los síntomas y microbios (POBRECITOS), de centrarse en las drogas y productos farmacéuticos que lo único que consiguen es, a la larga, agotar la energía del paciente, en lugar de preocuparnos, de una vez, por combatir y eliminar las causas subyacentes en los hábitos y conductas viciados y erróneos de la población ó en lugar de mejorar la alimentación y vitalidad del cuerpo y la mente y aconsejar correctamente a la gente en su educación para la salud, que debería ser obligatoria?. Sin menospreciar los adelantos en medicina de urgencias y operaciones quirúrgicas derivadas de accidentes ó malformaciones accidentales que me parece superpositivo.
Aunque, claro, daría como resultado tanto ahorro económico y tanta felicidad y bienestar, que no creo que estén de acuerdo en intentarlo todas estas compañías millonarias que viven de la desgracia ajena haciendo de buenos samaritanos, de paso. Es mejor complicarlo todo para crear ignorancia y confusión que, a la larga generará miedo y así si que es posible la manipulación.
El problema de fondo de todas estas complicaciones resultantes no es más que lainsatisfacción personal generada por el alejamiento progresivo que hemos sufrido de la simplicidad y ésta se encuentra cuando nos hayamos cerca de la Unidad.
A modo de ejemplo, es como si nos halláramos en una rueda de un carro pero, en lugar de situarnos en el eje, donde veríamos todos los radios iguales y la parte mas externa de la rueda, estuviéramos en el exterior donde veríamos solo un trozo y hay muchos trozos entonces, la cosa se complica.
¿Qué podemos hacer desde nuestra posición?
Lo que estamos haciendo actualmente en base a la mayoría de la población mundial es buscar en la dirección equivocada impulsada por le propio Ego fascinado por los estímulos de los sentidos que generan el deseo inagotable para satisfacerlos, pero, al ser limitados, genera cada vez más y más deseo, entonces rompemos el equilibrio al producir un exceso de acumulación. Al no fluir las polaridades, como dar y recibir..¿os acordáis?…no hay intercambio y se produce el estancamiento que rompe el equilibrio del individuo ó de la sociedad en su caso ( de todas formas el comienzo es siempre en le propio individuo, que se refleja en su sociedad por la manera de hacer las cosas).
Para poder reparar, en lo posible, este desaguisado debemos “cambiar la dirección hacia el eje en lugar de seguir en el perímetro de la rueda”, es decir, tenemos que buscar hacia nuestro interior para buscar la satisfacción duradera y estable.
Tenemos que tirar lastre (deseos materiales excesivos) por la borda del globo aerostático y incrementar el fuego (de nuestro espíritu) para que éste ascienda con el aire caliente (pensamientos controlados por el Ser más que por el deseo egoísta) evitando así que caigamos, antes de llegar al objetivo, en medio de la selva.
En conclusión, tendríamos que buscar hacia la simplicidad de las cosas y los remedios deben ser elegidos en base a la misma polaridad (ver los contrarios en anteriores posts). Así que, si queremos curarnos, no podremos hacerlo mediante la destrucción y la lucha (camino de la enfermedad, drogas, inyecciones, antibióticos.), sino con medios que sirven para mantener y recuperar la salud (comprensión y toma de conciencia, reposo, cambio de hábitos, etc.)
Una de las armas más importantes para combatir la forma de pensar enrevesada y compleja es la Meditación contraria a la mente analítica ya que ahorra energía en lugar de consumirla, busca la verdad de las cosas en toda su dimensión y nos reintegra a nuestro origen, La Unidad del Ser.
«Cuando un hombre pone a un lado todos los anhelos que surgen en la mente y se reconforta solamente en el alma (Atmán), entonces es llamdo hombre de seguro entendimiento». (Bahavad Gita cap.II, 55)
Namasté,